martes, 7 de febrero de 2017

Política Exterior: Felipe III

La política del duque de Lerma se dirigió a mantener la paz internacional, a expulsar a los moriscos y a su deseo de enriquecimiento personal.En el ámbito religioso, con Felipe III aumentó enormemente la fundación de monasterios y la Compañía de Jesús, tratada con cierto recelo por su padre, fue favorecida por el monarca y aumentó su influencia en la corte y en la sociedad. A lo largo del reinado se sucedieron las reformas institucionales para solucionar los problemas de corrupción e inoperancia que aquejaban a la administración de la Monarquía: aparte de los cambios introducidos en el tradicional sistema de Consejos, se extendió cada vez más el recurso a las Juntas, órganos destinados a mermar el poder de aquellos en favor de un gobierno más ágil y coherente, pero que no produjeron el resultado apetecido (Junta de Guerra de Indias, Junta de Desempeño, Junta de Hacienda de Portugal…). Los problemas financieros, que se arrastraban desde el reinado anterior, hicieron al rey dependiente de las Cortes, a las que hubo de reunir con más frecuencia que sus antecesores para que le otorgaran los recursos imprescindibles destinados a mantener la acción exterior de la Monarquía (servicios de millones)

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